Cuando me doy cuenta Alea ya se empieza a remover en su manta extendida en el sillón... No hay música y la ventana está abierta: unos niños juegan y gritan en el parque de abajo de casa y dominan sobre las conversaciones de los vecinos que van, vienen, se paran...
Mientras, el papá está preparando el cambiador, el pañal limpio, las toallitas, las cremas para Alea... Primero desabrochamos y le quitamos, por la cabeza, el body. Después se desenganchan las pegatinas de las tiras laterales que sujetan el pañal; se suelta el pañal (hoy solo ha orinado); se limpia bien con una toallita, de arriba a bajo, y se pone crema para que no se le irrite. Después, crema hidratante para suavizar la piel...antes de volver a ponerle el pañal, el body...
Casi no se escuchan pero las campanas vuelven a sonar de fondo. No marcan las horas sino que tocan algo diferente (será una misa especial o algo así)
Acompañados por un poco más de bossa-nova nos disponemos a realizar algunos ejercicios de gimnasia, que no es otra cosa que ir estirando suavemente las extremidades: un brazo, el otro, los dos; una pierna, la otra, las dos... arriba, abajo... a un lado, al otro... estirar, recoger..
(08:15) El grito de un niño ha provocado el ladrido de un perro y , enseguida, todos los perros de la zona quieren decir la suya: lo mejor será cerrar la ventana hasta que se calmen un poco...
Y, una vez acabados los ejercicios, vamos a bailar un poco...
(10:00) Parece que no está muy interesada en bailar y que prefiere estar tumbada en el sillón haciendo ruiditos... Pues nada, volvemos a hacer gimnasia y ruiditos... lo que haga falta para que la niña esté relajada y contenta...
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